Thursday, September 11, 2008

Agosto 2008, RIA Zona Sur - Quito - Pablo

Antes de ir al VEM hubo varios sucesos que casi logran que no pueda vivir el VEM, lo cual hubiese sido muy triste porque en mi caso lo más seguro es eu hubiese sido la última oportunidad de vivirlo. Además me sentía presionado a conseguir dinero para cubrir ciertas deudas, y me sentía bastante solo y no escuchado por Dios (aunque sabía que Dios me escuchaba)

Durante la primera semana del VEM, la cual fue la semana de entrenamiento, pude vivir una experiencia muy hermosa y de intenso contacto con el Señor. Durante las charlas me sentí muy confrontado, los testimonios de mis hermanos y hermanas vemitas me mostraron el gran amor del Señor y me sentí muy retado a dar más por Dios. La convivencia con todos durante está semana fue demasiado chévere.

Durante este tiempo Dios me habló mucho sobre lo importante que soy para Él y me mostró su deseo a que busque más su presencia.

Durante la tercera y cuarta semana estuvimos de misiones. Durante este tiempo Dios rompió ciertas ideas erróneas, me mostró la importancia de los adolescentes dentro de su pueblo, estas misiones hubiesen sido otra cosa sin ellos. Dios encendió en mi un fuego y amor hacia los adolescentes y también hacia los universitarios.

El VEM fue un tiempo muy especial, hermoso e irrepetible. Lo más importante para mi fue que Dios me mostró el nada de las cosas materiales y me dijo que El siempre está junto a mi, que El es mi fuerza; y esto para mi fue una respuesta directa de Dios a mis peticiones de los últimos tiempos.

Pablo

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