Wednesday, September 24, 2008

Agosto 2008, RIA Zona Sur - Quito - Vivian

Hola mi nombre es Vivian Fernàndez, soy costarricense y brechista aquí en Quito y tuve la oportunidad de participar en este Vem, me di cuenta, o Dios me reitera que nunca deja de sorprendernos.

Antes de empezar el vem, pues estaba acoplándome a la vida de Quito, entonces creo que estaba dispersa e inclusive un poco alejada de Dios, y mi cabeza en Costa Rica.

Creo que siempre he creído que si tenemos un servicio, hay que darlo todo por el Señor, y en este caso no era la excepción, y más que vengo de brecha y no hay que dejarse nada para el Señor, yo ya he servido en otros Vem en mi país, y pues la verdad creo que no había caído en cuenta de que iba a servir en un VEM en Ecuador.

Así deje que pasara el tiempo y que llegara el VEm, pero me pasó algo curioso, tenia la opción de ir con un Escuadrón a Perú, pero por una misteriosa razón, todas las puertas se me cerraron, y además le dije a Dios que si quería que yo fuera por esas tierras pues que se diera todo, pero NO! no se dio, al principio estaba un poco triste pero con mucha paz, porque efectivamente Diosito me quería en Quito, Ecuador.

Y así fue, mi servicio durante el Entrenamiento fue de servidora, rol que nunca había estado, pero si habia tenido la oportunidad de supervisarlo, y es muy diferente, pero lo disfrute con intensidad y descubrí que este servicio es morir a uno mismo para estar siempre disponible para mis hermanos, y Dios pone mucho amor para los demás, y yo me goce en ello.
Estuve en el escuadrón de Campas de preadolescentes y adolescentes y la verdad hace tiempo que no servía con esta población, pues mi servicio prioritario siempre había sido jóvenes Universitarios y fue tambien descubrir en cada situación un Cristo Joven, y saberme una niña ante los ojos de Dios y disfrute cada juego, bailé para El, y en la inocencia de un niño, podía ver la presencia y la mirada de Jesús y sobre todo el amor que El les tiene a cada uno de esos jóvenes. Todo este tiempo pude volver y recordar mi niñez y saber que en toda esa etapa de mi vida, siempre estaba un padre amoroso cuidando de mí.

Conforme avanzaba el Vem, cada vez más, sabía que Dios quería algo de mi o darme algo a mi. Desde que he servido, siempre me he escapado de las misiones, si, tal vez con una buena excusa, “Necesito descansar porque he tenido mucho servicio” o “ Necesito pasar tiempo con mi familia”, pero sin embargo en estas misiones, si que no tuve escapatoria alguna. Pero queridos hermanos, pude descubrir la gran bendición de lo que son MISIONES. Al principio fue un poco de temor a lo que me tenía que enfrentar, pero muy dentro de mi corazón sabía que Dios me quería enseñar algo grande, tambien que El me quería abrir los ojos para que viera una realidad diferente, y que lo pudiera ver con otros ojos. Y así fue, antes y durante en el VEM, me sentía muy sola, y yo le pedía que llenara esa soledad, y que yo necesitaba que El me diera amor, y pues le preguntaba: Como me podría dar ese amor físico que me hace falta por parte de El? Que quería experimentar ese amor de padre, de hermano, de amigo… Y como Dios es un caballero y escucha nuestras peticiones, pues El se encargo de darme eso y mucho más y mostrarme el Amor tan grande que me tiene y pudo llenar ese vacío que tenia, poniendo en mi corazón mucho amor.

Cada día que salía a evangelizar era un aprendizaje perfecto, sentía que iba de la mano con el mejor maestro, y que me mostraba en cada pequeño detalle lo que significa la palabra amor!.

Pude experimentar el amor de Dios, lo pude sentir a través de las personas que visitábamos en las casitas del pueblo, pues en cada rostro podía ver el amor, la bondad y la mirada de Jesús, y también como yo podía dar ese abrazo, beso a cada una de ellas, me sentí muy pero muy amaba por mi Señor, y además pude recibir su amor verdadero en cada una de las chicas que asistieron en estas misiones y que apenas conocía, nunca hermanos en todo el tiempo que estuve en misiones, nunca me faltó un abrazo, una palabra de ánimo, ni el consuelo, todo pero absolutamente todo me lo suplió Jesús, El puso en mi corazón el amor que me faltaba y que estaba pidiendo con todo mi corazón, Por eso dijo que El es un caballero, sabe cuando darnos las cosas que necesitamos.

Este VEM fue un renovarme en el Señor, y volver nuevamente mi mirada hacía el único que da el amor, la esperanza, el gozo, el consuelo y todo lo que uno pueda pedir. Este VEM marca el comienzo de mi brecha es este lugar que es Quito.

Vivi

No comments:

Post a Comment